Con carácter general, la planificación de la intervención socioeducativa, debe guiarse por una serie de principios, que son los siguientes:
- Principio de racionalidad. El planificador ha de tener un conocimiento previo fundado en bases científicas de la realidad del ámbito y de las personas a las que irá destinada la intervención.
- Principio de globalidad. Se han de incluir en el programa el mayor número posible de variables que intervengan directa o indirectamente en los planteamientos del mismo.
- Principio de continuidad. Todos los elementos que componen el programa de intervención socioeducativa han de ser aplicados de forma continua y sistemática.
- Principio de secuenciación. Todos los elementos deben estar interrelacionados.
- Principio de univocidad. La redacción del programa ha de hacerse de forma que todos los términos utilizados puedan ser entendidos en el mismo sentido.
- Principio de comprensividad semántica. Todos los términos utilizados en la redacción de un programa han de ser fácilmente comprensibles por todos.
- Principio de flexibilidad. La planificación debe ser flexible, permitiendo la introducción de cuantas modificaciones sean necesarias, y en cualquier momento del proceso.
- Principio de variedad. El equipo planificador deberá ser creativo y original en la elaboración.
- Principio de realismo. La elaboración del programa ha de partir de un análisis previo y sólidamente apoyado en la realidad del ámbito en el que se va a aplicar.
- Principio de participación. El equipo planificador ha de estar abierto a la participación de otras personas o entidades.
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